Amazonita

 Amazonita

La amazonita tiene una poderosa acción filtradora. A nivel físico bloquea las tensiones geopáticas, absorbe radiaciones microondas y las emanaciones de los móviles, así como proteger de la contaminación electromagnética.
A nivel mental filtra la información que pasa por el cerebro y la combina con intuición.
Es una piedra extremadamente relajante y también te ayudará a comprobar los dos lados de un problema o distintos puntos de vista.
A nivel emocional, la amazonita alivia los traumas emocionales, calmando la preocupación y el miedo. Disipa la energía negativa y el enfado.
Espiritualmente, la amazonita como elixir, es extremadamente benéfica a todos los niveles de consciencia.
A nivel curativo, la amazonita sana y abre los chacras del corazón y de la garganta, potenciando la comunicación amorosa.
Así mismo abre el tercer ojo y la intuición.
El mejor lugar para posicionarla es sobre el punto afectado o llevarla puesta para proteger de las radiaciones.
También puedes colocarla cerca de los ordenadores o pegada en tu teléfono móvil.

La amazonita es una escasa variedad verde de la microclina, del grupo de los feldespatos. Para entenderlo mejor, el feldespato es el componente esencial que encontramos en muchas rocas. El 60 % de la corteza terrestre está formada por este tipo de minerales. Si vamos más atrás en su origen llegaremos al enfriamiento rápido de la lava volcánica. Toda una obra de arte bien trabajada de la madre naturaleza.

Durante muchos años se pensó que su color se debía al cobre, ya que los compuestos de este metal suelen ser verdes o azules. Más recientemente, se supo que su color verde-azulado se debe a pequeñas cantidades de plomo y agua que contiene.

Aunque muchos la relacionan con el río Amazonas y la selva que lo rodea, no hay evidencia de que esa zona sea el origen de esta piedra.

En realidad, tenemos que viajar hasta la mitología griega para encontrar el origen de la amazonita, cuyo nombre proviene de las amazonas, las mujeres sin hombres como jefes, sí como siervos, que solo se unían con extranjeros para tener descendencia. Si era niña, le cortaban un seno para facilitar en ese lugar la colocación del arco (de hecho, ‘amazonas’ en griego, ‘amazwn’ significa ‘las que no tienen seno’).

Las amazonas eran eminentemente guerreras y su diosa era la de la caza, Artemisa. Se les atribuye el apoyo que dieron a los troyanos para ganar la guerra de Troya.

 

 



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